Segunda palabra
Mujer,
tu hijo es de cera
y se derritió con el primer beso.
Mujer,
tu hijo no sabe amar,
y llora.
Ahí lo tienes:
no deshoja
dalias ni lilas
en el perfumado ocaso.
Tu hermoso hijo
solo sabe fingir.
Ahí lo tienes:
acobardado por el abrazo,
embrutecido por las caricias…
Llévate a tu hijo
y enséñale que los besos
siempre saben a lágrimas.
Que la noche,
nunca acaba.
Que no ame,
que no aprenda a amar...
terminará crucificado.
él ha sido mi luz.
Pero no sabe amar
y ya, a las puertas de lo infinito,
su beso llega tardío y miserable
sobre mis llagado cuerpo.
Ahí lo tienes.
Déjatelo.
Jamás me arrullará la noche
en sus dolientes brazos.